Monday, October 14, 2013

Al otro lado del río Anacostia

Eran tres niños de mirada agria
de cuatro, de seis y de ocho años.
Tienen tos crónica y la piel con paños
de más es decir, no son raza aria.

Van con su madre, mujer ordinaria;
carente de amor y mimos de antaño:
abunda en gritos, rebosa regaños,
su voz se obedece es la ley sumaria.

La estampa me pega, me duele el alma:
buscan caricias, reciben patadas
y su mundo cae y muere la calma.

Pienso en mis hijos, en sus carcajadas
y abro mi mano y veo mi palma
llena de caricias apretujadas.

Oxon Hill MD
24JUL013

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